miércoles, 23 de septiembre de 2015

Cuando sientes que tu relación está en peligro…





Son las 2 de la tarde, ella llega con los hijos de la escuela, termina de preparar la comida mientras manda  que los chicos se cambien el uniforme y se laven las manos para comer.

Justo se sientan a la mesa, cuando se escucha la cerradura de la puerta, es papá que llega, un poco retrasado… A penas se escucha un saludo con voz baja que parece decir un “ya llegue”.

Durante la comida los niños platican lo que hubo en la escuela, ríen y hacen planes para la tarde; mamá apenas si les hace caso, está concentrada vigilando al marido que no deja de recibir y contestar mensajes en el celular.

_ ¿Quién es? (Pregunta con una voz ya molesta)
_ Nada, este… que me esperan por la tarde para una reunión en la oficina (responde un poco incómodo)

El mayor entra en la cocina con platos sucios para dejarlos en el fregador, y comenta:
-       ¿Entonces ya nos vamos?
-       ¿A dónde? responde la mamá
-       ¿No me escuchaste? Te dije que necesito hacer una maqueta para Historia y que tengo que ir a comprar el material  Te lo dije durante la comida y hasta me dijiste que sí!!.
-       ¡Yo te llevo! (dice papá, rápidamente,  tomando las llaves del coche)

Ambos salen, dejando la casa en silencio, ahora podía escuchar la televisión que habían dejado encendida.

La mamá empieza a sentir calor, las manos le sudan, se siente algo mareada, no sabe por qué; la duda invade su pensamiento:

-       ¿Quién le habrá mandado los mensajes?
-       ¿En verdad será una junta de trabajo, o irá a otra parte?
-       ¿Se estará viendo con alguna compañera de trabajo?
-       La semana pasada su compañera la que viste falda corta y cabellera despampanante, ¿Cómo se llama? vi cómo se le acercó para saludarlo, se nota que es muy provocativa.
-       ¿Por qué quiso llevar a los niños a la papelería?
-       ¿Querría aprovechar para salir y verse con alguien o hablar por teléfono sin que yo escuche?
-       Siempre quiere complacer a otros, y nunca tiene tiempo para mi.

Cuando piensas que hay un peligro en tu relación y sientes angustia y miedo de perder a tu pareja; cuándo esto te lleva a conflictos cotidianos; lo más probable es que estés experimentando celos en tu vida, o eres víctima de los celos de tu pareja.

Si vives escenas parecidas a esta, donde por momentos te quedas pensando lo que hará tu pareja, si te embarga la duda cuando llega tarde o dudas cuando te dice a donde va a ir, es importante que prestes atención a estos sentimientos.
Cuando crees que estás en peligro de perder a una persona, ya sea tu pareja, el amor de un hijo, la atención de tu hermano, el cuidado de tus padres, incluso un empleo o los beneficios de cualquier situación, debes cuidar que no seas víctima de los celos.

El Diccionario de la Real Academia Española (2014) define los celos como: “Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra”.

Se puede sentir celos de diferentes personas, puedes sentir celos en diferentes situaciones; en esta ocasión nos vamos a centrar en los celos de pareja.

Si en tu vida sientes angustia, miedo o no estás bien, siempre podrás decidirte a estar mejor, a sentirte plena; si tienes el deseo de vivir tu vida y ser feliz; solo debes desearlo profundamente y ponerte en acción, o buscar ayuda para lograrlo.

En las siguientes líneas podrás encontrar la explicación de porqué te sientes atrapado, angustiado y frustrado por causa de una relación deficiente.

Si tus pensamientos son negativos y te lastiman:
  • ·         Me está engañando…
  • ·         Sus llamadas y mensajes en el celular te causan angustia…
  • ·         Crees que hay peligro de perder a tu pareja…
  • ·         Tus pensamientos te lastiman o lastiman a tu pareja, a la relación…

Si en la convivencia cotidiana, en tu relación:
  • ·         Hay peleas frecuentes…
  • ·         Discuten y llegan a la agresión verbal o humillación…
  • ·         Inician una persecución detectivesca por saber dónde está segundo a segundo, con quién, qué hace…

Si con frecuencia te sientes:
  • ·         Estresada…
  • ·         Te causa ansiedad, la manera de vestir, de mirar…
  • ·         Cosas que hace tu pareja te causan dolor, tristeza, ira, coraje…
  • ·         Sientes envidia de otras personas, miedo de lo que pueda pasar…
  • ·         Si tu autoestima ha llegado hasta el suelo…
  • ·         Si crees que hay una dependencia emocional en tu relación…

Cuando piensas que hay un peligro en tu relación y sientes angustia y miedo de perder a tu pareja, cuándo esto te lleva a conflictos cotidianos; lo más probable es que estés experimentando celos en tu vida, o eres víctima de los celos de tu pareja.

Los Celos son una emoción, es algo que se considera positivo porque te avisa, te pone en alerta del peligro; de tal forma que siempre podrás revisar a tiempo tu relación y mantenerla fresca, sana y en armonía. Sin embargo, debes cuidar que no se trate de una emoción demasiado intensa, que se convierta en celos irracionales.

Al inicio de los celos, tenemos  la oportunidad de mejorar nuestra relación; Darle nueva vida, hacer algo diferente, promover un tiempo especial, romántico, audaz, íntimo.

Te sugiero cuatro pasos sencillos para superar esta angustia que te causa los celos que sientes o que percibes de tu pareja:
  • ·         Relájate,
  • ·         Revisa qué puedes mejorar en ti, reafirma tu relación,
  • ·         Revisa si la amenaza es real (resuélvela) o si es producto de tu imaginación (relájate),
  • ·         Revisa tu vida, checa:  tu autoestima

Cuando los celos son más fuertes, intensos, irracionales; debemos pedir ayuda para sanarlos y sanar la relación; la clave para saber si necesitas ayuda es:
  • ·         Te estás haciendo daño a ti misma, vives con angustia,
  • ·         Estás hiriendo a tu pareja, se manifiesta con ansiedad,
  • ·         Tu relación la vives con agresión, humillaciones; o ya es un caso de “persecución detectivesca”.
  • ·         Revisa tu vida, checa: tu autoestima, la satisfacción que sientes en tu vida personal, tus miedos a la soledad y a la pérdida.

Recuerda:

La angustia, los celos, no te permiten que veas tu vida con objetividad, es importante combatir estos pensamientos que empiezan a dañar tu salud física y mental, situación que está deteriorando tu relación.

Puedes hacerte responsable de tu vida y de tus relaciones en el momento en que tomas el control de tus pensamientos y tus acciones; te verás con honestidad y podrás comenzar a cambiar, podrás vivir con armonía, lograrás sentirte amado y ser reconocido.

Es posible sanar, si hasta hoy no te ha sido posible resolver tus problemas, busca ayuda, hay muchas opciones, puedes acudir a terapia de pareja, también es posible que lo superes si recibes terapia individual.

Es importante que adquieras las habilidades necesarias par que puedas comunicar tus emociones y empieces a hacer las cosas que te dan placer, felicidad y tranquilidad; los talleres son ideales para que aprendas a vivir mejorando cada día tu calidad de vida.

Experimenta la sensación de sentirte escuchado, de pertenecer a un grupo, de dejar tus problemas atrás y vivir tu día adía llena de entusiasmo y positivismo.


¡Vive con tranquilidad!
¡Tú lo vales!
Julia Becerril,
Septiembre 23 de 2015.

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Como citar este artículo:
Becerril Julia. (2015, septiembre 23)  “Cuando sientes que tu relación está en peligro“ [Mensaje en página web]. Recuperado de http://psicreamotiva.org/

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Fuentes consultadas:
Diccionario de la lengua española (2014) “Celos”. Edición 23. ª Recuperado el 23 de septiembre de 2015, de: http://biblioteca.mty.itesm.mx/mty/bds/salta_bd.php?col_id=drae

Fidalgo (diciembre, 2007), O último iverno , fotografía, recuperado de: http://anapaulafidalgo.fotosblogue.com/5/

San Martín, J. M. A. Los celos en la pareja. Revista Systémica, de la AATFSH;  Nº 9-10. 2001-2002






martes, 22 de septiembre de 2015

Es otro el que necesita terapia!!!

Muchas veces llegan al consultorio buscando ayuda para mandar a terapia a otra persona,  el marido, un hijo ¿Qué hacer cuando el que necesita terapia no quiere asistir?



En ocasiones, las personas consideran que su problema es una persona en particular; por ejemplo, alguien que tiene muy mal genio, que de todo se enoja, incluso llega a ser violento.

Cuando llegan al consultorio y dicen, ¡”Hay, quien tiene que venir a terapia es mi hijo, porque no me hace caso, anda mal y por más que le digo, no me hace caso; le hemos dado todo, él no entiende”.

Es frecuente que las suegras se quejen de la nuera o viceversa; las nueras sienten que la suegra se mete en su relación y está afectando su matrimonio; o que tiene demasiado consentido a su hijo y éste siempre corre a casa de la mamá y lo ha hecho irresponsable.

También hay hijos que consideran que sus padres están mal, que no los comprenden, que son agresivos y no los dejan hacer su vida, que siempre están tomando decisiones por ellos y ven su autoestima afectada.

En estos casos, las personas pueden ver que el problema no son ellos; que su vida cambiaría rotundamente y serían muy felices si “El otro” tomara una terapia, si tan solo cambiara un poco.

Para la psicología conductista, las acciones o conductas de toda persona se aprenden en el medio que lo rodea, también es algún elemento del medio ambiente el que detona esta conducta; además, las conductas socialmente no aceptadas, también presentan un reforzador que se obtiene del entorno inmediato; es decir que, los elementos del entorno cotidiano van a provocar y hacer que permanezcan estas actitudes y conductas “del otro, que debe ir a terapia”.

Un aspecto importante es buscar de qué forma se puede modificar este medio, para eliminar los detonadores de la conducta “del otro” que nos afecta y evitar a toda costa que se sigan presentando los reforzadores que hacen que la conducta se presente una y otra vez.

Es fundamental que cuando una persona siente que su relación con la pareja, el hijo, la madre, el jefe, un compañero, o cualquier otra relación importante o cotidiana empieza a deteriorarse, o bien cuando sientes que ya no aguantas más, que ya estás harta, cuando quieres que eso termine, ponerle un alto  y no se ve salida. Este es el momento en que ya no puedes postergar una terapia basada en emociones que te permita sanar los momentos de sentimiento fuerte y cambiar tu forma de relacionarte con “el otro”.

Los elementos del entorno cotidiano van a provocar y hacer que permanezcan estas actitudes y conductas “del otro, que debe ir a terapia”.

En el momento en que tú cambies tu comportamiento de forma decidida y con fuerza, “el otro” tendrá que cambiar para adaptarse, porque su entorno ya no será el mismo.



Si la persona que está cerca de ti, siempre tiene excusas para no pedir ayuda de un especialista, ya sea porque dice “yo no estoy loco para ir con el psicólogo”, o si te culpa a ti o a otros, de todos los problemas; si piensa que no es él quien necesita ayuda. Es importante que tú acudas a consulta para que puedas estar bien.

Puede suceder, que los demás se animen a visitar el consultorio del psicólogo cuando vean que la terapia es útil, que en breve tiempo tiene mejoras en cada persona.

Por ejemplo, unas sesiones para aprender técnicas de comunicación efectiva, lograrán que vean cambios en ti,  como que eres más comunicativo, tienes más detalles, te quejas menos, valoras más sus esfuerzos, escuchas mejor cuando te cuenta sus cosas  ¡Desde que vas a terapia!

 

Entrénate en habilidades de comunicación efectiva, mejorarás tu entorno y aumentará tu bienestar y tu  calidad de vida.
Decídete a salir de esa zona de incomodidad que ya no toleras y lánzate a conquistar tu bienestar
¡Tu corazón te seguirá!

Julia Becerril,
Septiembre de 2015.
Para conocer más, visita: psicreamotiva.org

Cómo citar este artículo:
Becerril J. (septiembre, 2015)  “Es otro el que necesita terapia“. [Mensaje en web: psicología Creativa y Motivación A.C.]. Recuperado de http://psicreamotiva.org/index.php?lengua=esp&pagina=main&seccion=001_inicio