En esta ocasión, seguimos abordando el tema de las
emociones, es la segunda parte de nuestra entrevista anterior: Las emociones:
momentos de sentimiento fuerte.
Ahora vamos a ver cómo se forman los momentos de
sentimiento fuerte y al abordar un tema como el sentirse rechazado, conoceremos
cómo se van combinando diferentes emociones, mientras que va evolucionando un
conflicto que no es atendido oportunamente.
En mi experiencia en el consultorio, puedo decirte que
los momentos de sentimiento fuerte se forman en tres estilos diferentes:
1) Con eventos cotidianos,
eso que ves todos los días o con mucha frecuencia y que llega un momento en que
parece normal, como si así debiera ser, aunque esté mal, o incuso llegas a pensar
que así está bien, ni modo; lo que llamamos una desesperanza aprendida Así es la vida, así tiene que ser, así ha
sido siempre en mi familia.
2) Cuando eres víctima de una agresión, ya
sea un evento único o en varias ocasiones. Se refiere a eventos con diferente
grado de agresión, un atraco, violación, golpiza; o cuando alguien muy
importante para ti te insulta o te trata mal, hay una palabra, un gesto, un
acto que detona en ti un enorme sentimiento donde te das cuenta que no te
escucha esa persona, que no te quiere o que no eres importante para él o ella.
3) Cuando tú te conviertes en el
victimario; ya sea que pierdes el control de tus
emociones y agredes físicamente a otros, o verbalmente insultas a las personas
que amas; también aquí se encuentran momentos de sentimiento fuerte que pueden
estar en el inconsciente y como no se han sanado, nos llevan a sentir, pensar y
actuar de manera distorsionada o exagerada y nuestros actos lastiman a los
demás.
¿Cómo
descubres un momento de sentimiento fuerte que debes trabajar en terapia?
Principalmente, puedes guiarte con tres criterios: Exageración, problemas y
consecuencias:
En el caso de la exageración, se refiere a un evento en
el que puede ser desagradable, pero tu reacción es demasiado fuerte, viene
ocasionando más problemas tu respuesta que el estímulo que la provocó. Es como
querer matar mosquitos con una ametralladora. La razón de tu respuesta exagerada
no fue lo que sucedió, sino un momento de sentimiento fuerte que puedes tener en
tu inconsciente.
Si las actitudes que tienes te están ocasionando
problemas sociales, familiares o laborales, pero no identificas qué es, o si
sabes cuál es el problema pero no puedes controlar tus emociones y reacciones,
lo más seguro es que detrás de ello se encuentre un momento de sentimiento
fuerte.
Las consecuencias, tienen que ver con tus actitudes, que
te parecen normales, pero como consecuencia siempre le causas conflicto a
otros, es importante revisar cuál es tu participación en este punto y ver tu momento
de sentimiento fuerte que está escondido.
Del
rechazo social a la violencia contra ti mismo
Por ejemplo, si has sentido el rechazo, ya sea de un grupo, como en
la escuela durante la infancia o la adolescencia, el Bullying que ahora se le
llama, o bien que sientes en la familia que no eres aceptado por tus ideas,
forma de ser o preferencias, te siente señalado, excluido; o bien que una
pareja o tu mejor amiga te ha dado la espalda; en estos casos esa sensación de
rechazo se va guardando en tus emociones como un momento de sentimiento fuerte
que empieza a lastimar y se vive con profunda tristeza.
La
tristeza se puede percibir con opresión en el pecho, sientes
cambios en tu respiración, en el corazón; sin saber cómo abordar esta
situación, te sientes fuera y lo vives como una gran pérdida, sientes no
pertenecer a un grupo, que esa persona no te comprende, no te acepta. Esta
sensación de no tener el apoyo y la aceptación de otros, con el tiempo va
causando resentimientos.
Este segundo grado en el
problema del rechazo: la tristeza y el resentimiento; es una oportunidad
importante para poder sanar los momentos de sentimiento fuerte que ya se han
formado y que ya están manifestando consecuencias indeseables.
Esta sensación de no poder
adaptarte al medio, a la situación o a una persona, va generando angustia, sientes que las cosas que has
intentado hasta ahora no te han funcionado y empiezas a sentir que esto no
tiene remedio, que hagas lo que hagas,
son injustos contigo, son situaciones que no deberían de estar pasando,
pero sigues fuera, sigues siendo rechazado, no te hablan, te critican, se burlan
de ti, o te causan daño físico o verbal; empiezas a sentir miedo.
Esas sensaciones de
angustia, pueden convertirse rápidamente en miedo. El miedo es la necesidad de defenderte cuando percibes una
amenaza; empiezas a sentir sudoración, palpitaciones, taquicardia; en estos momentos puedes sentirte
confundido, no saber qué más hacer, te invade una sensación de querer
desaparecer, de huir; también puede manifestarse como una sensación de estar
paralizado, de no poder moverte, de no saber cómo quitarte de ahí.
Es muy importante tener
cuidado, observar nuestras emociones, porque al ver que estamos pasando por
estos momentos difíciles a causa de ser rechazados, empezamos a desear no ser
así, estas emociones van creciendo y pueden desarrollar sentimientos de culpa, te sientes culpable por ser así, por ser
rechazado, te culpas por ser distinto, único; es como el cuento del patito feo
que se sentía mal por ser diferente, lo rechazaban por no tener las mismas
características que los demás; hasta que se da cuenta de que no es el único y
cuando crece esas diferencias le hacen ser especial, grande, hermoso.
De nuevo, si en esta etapa
en la que te sientes culpable aún no sanas los momentos de sentimiento fuerte de
tristeza que te causó el rechazo, que fueron provocando momentos de angustia y
miedo, que ahora te llevan a sentimientos de culpa; lo más probable es que
llegues a momentos de mucho estrés por todo el peso que vas cargando tanto de
los miedos, como de las culpas.
En estos momentos, el estrés
se puede convertir en violencia, ya
sea una violencia verbal o física que puede tener graves efectos, puede llegar
a situaciones lamentables o pérdidas
fatales. Aquí, la violencia puede ser dirigida hacia afuera, agrediendo de
forma verbal o física a otras personas; o bien genera una violencia hacia ti
mismo, causándote daño de diferentes formas, la más fuerte sería el suicidio.
Es muy lamentable ver que las personas que se sienten
rechazadas, pueden llegar a vivir momentos de tristeza por esta situación y van
generando otras emociones cada vez más complejas, percibiendo angustia, miedo y
llegan a despreciarse ellos mismos, pueden rechazarse a sí mismos al no
aceptarse y empiezan a desarrollar sentimientos de odio que les llevan a lastimarse
a sí mismos. Han llegado al momento en que todo el daño que les ocasiona el
rechazo de otros hacia su persona, ellos mismos empiezan a dañarse y a
rechazarse como lo hicieron los demás, se hacen daño en las tres esferas del
ser humano: intelectual, emocional y física.
En el aspecto
intelectual, sus ideas hacia sí mismos son de criticarse, decirse que no
son buenos, que no valen, no pueden hacer tal o cual cosa, piensan que no
tienen derecho a ser felices. Cuando has sido golpeada por el rechazo, se
debilita la autoestima y tienes ideas de ti mismo como si fueras una persona
rara, como si hubiera algo mal dentro de ti, es el sentir que vales menos que
los demás, que el mundo no te entiende.
En la parte emocional, viven un proceso que puede ser muy largo. Primero
es la tristeza de sentir que otros no los aceptan, que los critican y se alejan
de ellos; se sienten incapaces de afrontar esta situación y por no saber qué hacer,
cómo lograr ser aceptados, empiezan a vivir episodios de angustia, viven mucha
ansiedad al tener que seguir enfrentando a la persona o grupo que los rechaza,
se sienten amenazados, confundidos, desorientados y esto les provoca mucho
estrés ir cargando todo el peso de los miedos y culpas; finalmente la violencia
que experimentan puede tener un desenlace fatal.
En el aspecto Físico, la fisiología de la combinación de estas emociones
llega a ser variada, dependiendo del momento de sentimiento fuerte que estén
viviendo; por ejemplo, les puede provocar taquicardias, sudoración, palpitaciones
(miedo), sienten dolor en el pecho o una opresión,(tristeza) dolores en el
vientre o en el pecho (ira)
¿Qué
hago sí creo que debo trabajar un MSF oculto?
El primer paso ante una duda, es atenderlo, seguramente
algo encontrarás; Si no lo has podido resolver hasta el momento, lo más
probable es que requieras del acompañamiento de un profesional, el indicado es
un psicólogo clínico.
En la terapia, lo primero es identificar en tus
emociones, un MSF y completar todo el cuadro con sus aspectos emocionales,
físicos y mentales que dan cuerpo a este momento de tu vida, y completar un
análisis funcional de la conducta. De aquí partimos para poder diseñar un plan
de intervención específico para cada persona y cada MSF o situación.
Es importante señalar que debes hacer tareas y
comprometerte con tu crecimiento. Para lleva al a vida cotidiana, la riqueza de
esta experiencia una vez que ya ha sanado.
Describe los momentos que te
han marcado en la vida y si está bien para ti, compártelos en: psicreamotiva@gmail.com
Julia Becerril,
Julio de 2015.
¡Atrévete a ser,
sanando tus emociones y descubriendo tu esencia!
¡Que tus
emociones trabajen para ti, tú lo vales!
Como citar este
artículo:
Becerril Julia. (2015, julio 30) “Las emociones: Del rechazo social a la
violencia contra ti mismo. “ [Mensaje en página web].
Recuperado de
http://www.psicreamotiva.blogspot.com
Imagen:
Mandals naturales; árbol con raíces. Recuperado de: http://educacionreligiosa.sehacesaber.org/profesores/pagina?codigo=contemplacion_trascendencia
URL: http://educacionreligiosa.sehacesaber.org/sehacesaber-admin/userfiles/file/arbol%20con%20raices.jpg