La esperanza es lo que te queda frente al miedo, miedo de hacer
algo, de recibir lo que mereces, de ser lo que realmente soñaste ser un día.
En lo profundo de la tristeza, aparece la esperanza como una
lejana luz; solo queda abrazarte a esa esperanza y continuar.
La esperanza es diferente a una vaga ilusión que nunca se realizará;
la esperanza siempre tiene los pies en la tierra, es como la maravillosa cometa
que flota en el aire; libre, en lo alto, tiene de fondo el cielo azul, las nubes
ligeras, el viento de verano; pero pende de un fuerte hilo sostenido por un niño, como el hombre que
sostiene con fuerza sus sueños y pisa firmemente el suelo.
El cometa son tus sueños, el verdadero ser que está dentro
de ti; el hilo que se aferra a la tierra, a la realidad, es el proceso por el
cual lograrás alzarte al viento; teniendo siempre como realidad el piso firme,
el ser humano que tiene esperanza y corre con fuerza hasta que el papalote
alcanza el vuelo y con paciencia disfruta del viento.
Ese hilo que puedes tener en tus manos y que en el extremo
hace flotar el cometa es una forma de pensar, son las emociones que percibes y
las acciones que realizas, es la vida misma, el día a día con el que construyes
tus sueños, disfrutando el proceso y reconociendo tus logros.
El proceso podemos simplificarlo en tres pasos; cada uno
debe ser sólido y quedar bien definido:
1.
Diseña tu cometa
2.
Elige un hilo fuerte
3.
Revisa tu obra
Y ahora sí ¡Lánzalo al viento! Corre con esperanza y
seguridad
1.
Diseña tu
cometa.
El primer paso, requiere de mirar en tu interior, desde una
emoción sana que ha liberado los momentos de sentimiento fuerte que solo te
permiten ver tonalidades negras: amargura, dolor, tristeza, miedo, agresividad.
Busca ayuda para identificar y sanar estos momentos que te tienen atrapado.
Una vez que has logrado permanecer en la esperanza, la
realidad de lo que puedes llegar a ser; elige los colores de tu cometa, colores
de vida: felicidad, esperanza, amor, alegría, tranquilidad. Imagina sus formas,
diseña el símbolo que te representa y construye
tu sueño, la mejor versión de ti mismo.
2.
Elige
un hilo fuerte
Hemos definido el hilo que sostendrá tu cometa como el proceso con el que te alzarás al viento;
debe quedar firme y fortalecido, requiere de 4 elementos:
Voluntad: la
voluntad te permitirá tener una energía
profunda que te llena de alegría con solo pensarlo y que te da fuerzas para
seguir avanzando y sosteniéndote con perseverancia aunque el viento sea fuerte,
te permite resistir y continuar motivado hasta el fin.
Puedes identificar si tu sueño tiene una fuerte voluntad, si
te preguntas ¿Por qué lo quiero? Y ubica tus respuestas en tres columnas:
·
En la primera anota las cosas que quieres hacer
solo por obligación o porque tú mismo te lo has exigido; está, serán las condiciones. Por ejemplo, porque en tu
trabajo no encuentras satisfacción y tu remuneración no te permite vivir como
deseas.
·
En la segunda columna, anota lo que haces para
obtener algo a cambio, lo que quieres esperando conseguir otras cosas, esta
columna corresponde a los incentivos.
Por ejemplo, ganar más dinero,
·
En la columna final anota lo que quieres hacer
solo por amor, por convicción, esa columna será voluntad. Por ejemplo cambiar tu vida y la de otros, creando un
negocio nuevo.
Tu sueño o propósito puede estar distribuido en las tres
columnas, pero debe tener una mayor carga de convicción, el fin último de la
mejor versión de ti mismo debe estar ubicado en la voluntad.
Otro ejemplo sería:
Propósito: Mejorar la relación con mis hijos y pareja
¿Por qué lo quiero?
Condiciones: Hay más momentos de tensión y exigencias en mi
familia, que de felicidad.
Incentivo: Mostrar y recibir más expresiones de afecto,
comprensión y momentos de convivencia en armonía.
Motivación: Formar una familia unida que goce de convivir
juntos.
Si descubres que tu columna se carga más a los incentivos y
condiciones, estarás encontrando la razón del porqué te quedas a medio camino,
terminarás frustrado antes de lanzar tu cometa al viento y renunciarás a tus
sueños; por desgaste o frustración, pensando que lo has intentado todo y te
darás por vencido. Solo debes estar consciente de dónde está tu voluntad, la
motivación que tanto se requiere para alcanzar lo que te propones y dejarla
bien definida y clara.
Consecuencias: al
tener definidos tus propósitos revisa que consecuencias o impacto tendrán a en ti
y tu entorno, desde el proceso hasta que los logres. Cuando tienes sueños y
metas personales, debes tener clara la responsabilidad de lo que vas a generar
y de cómo vas a responder de la manera más adecuada a lo que en la vida se te presente.
Las preguntas que pueden orientarte para prever el impacto que tendrán tus
acciones cuando pongas en marcha tu propósito, pueden ser:
¿Qué consecuencias traerán tus propósitos? ¿Cómo afectará
este proceso tu vida y la de los demás?
Decisión: Cuando
tomas tú la elección de tus propósitos es porque ya estás decidido a lograrlo,
si no tienes esta decisión, se quedarán como un vago deseo, una ilusión que
difícilmente alcanzarás. La decisión, es emocionarte cada mañana con tu
propósito, recordar la voluntad que te motiva a seguir fortaleciendo tus ideas,
tus sentimientos y tus acciones; siempre dirigidas de la mejor forma para
lograr tus objetivos. La decisión te dará la fuerza para mantenerte en el
camino correcto, a pesar de las tentaciones, las frustraciones, los problemas y
las distracciones.
En otras palabras, la decisión de alcanzar tus objetivos, es
lo que te da la creatividad necesaria para encontrar la solución a los
problemas que se presenten, en lugar de abandonar el camino; es la motivación
para preferir continuar por tu sendero en lugar de desanimarte con las frustraciones;
es disfrutar del esfuerzo, gozar el proceso y abrazar con fuérza la esperanza de
saber que lograrás tus metas.
Estrategias. El último elemento para construir un hilo
fuerte que sostenga tu cometa y logres elevar tus sueños al viento, es definir
las estrategias adecuadas que se reflejen en un plan de acción; es decir, las
metas que te permitirán lograr tu propósito. Revisa que las metas o estrategias
de acción que planteas, realmente logren hacerte sentir que has logrado tu
propósito.
3. Revisa tu obra
Una vez que sabes con claridad qué quieres y tienes la
motivación para lograr cada paso que has definido en tus estrategias, debes
revisar que en tu proceso nada debilite tus propósitos, revisa que no aparezcan
factores que te eviten llevar al viento tu cometa. Principalmente debes cuidar
de 4 aspectos que dependen enteramente de ti; tus pensamientos, ideas y
acciones.
En primer lugar, evita el auto-sabotaje. Se refiere a una forma inconsciente en la que
destruimos nuestras metas cuando realizamos conductas que nos hacen caminar en
sentido opuesto a nuestros objetivos, cuando dejamos engañarnos con
pensamientos pesimistas o frustrantes, cuando permitimos que nos abracen
emociones negativas o derrotistas.
Si en un momento del proceso, empiezas a experimentar alguno
de estos pensamientos, emociones o acciones, es importante que pidas ayuda
profesional para identificar los momentos de sentimiento fuerte que te llevan a
estas creencias y emociones, es importante saber qué hay en el fondo de tu ser
que no te permite avanzar.
El segundo punto se refiere al hábito de postergar las cosas; se refiere a dejar
lo que tienes que hacer para más tarde, para mañana o el lunes, una fecha que
sabes nunca llegará. Si te llegarás a encontrar
en este punto, es importante reflexionar porqué dejas que tus sueños sean menos
importantes que las cosas que estás haciendo.
Recuerda que si has tomado una decisión, es porque te
sientes motivado y deseas profundamente lograrlo, debe ser más importante que
lo que estás haciendo; piensa si tus propósitos realmente tienen que ver con lo
que deseas desde tu esencia de ser
humano, o solo se trata de cosas que crees que debes hacer; esta respuesta
marca la diferencia en tus logros.
El tercer punto que debes revisar en tu proceso, es cuando
te paralizas, cuando detienes tus pasos hacia
el logro de tus metas. El miedo, es
una sensación que se nos presenta cuando cambiamos nuestra rutina, cuando
realizamos cosas nuevas, cuando caminamos por un sendero que no habíamos
recorrido antes; se manifiesta como pensamientos fatalistas que nos hacen
pensar en el fracaso, la burla, el rechazo, la imposibilidad.
Es importante que sepas que el miedo es algo natural, que se
nos presenta con cierta frecuencia, pero que debe ser suficiente respirar
profundo, relajarte, recordar tu propósito y revisar que tus estrategias sean
correctas; luego podrás continuar motivado con más confianza, controlando tus
miedos. Si esto no fuera suficiente, recuerda que en todo momento puedes pedir
ayuda para controlar tus emociones y seguir avanzando en el logro de tu
realización personal.
Finalmente, cuida que en tu proceso de realización, no
aparezcan los viejos hábitos, la fuerza de la rutina anterior y la monotonía
que te lleva al aburrimiento y el abandono; se trata de respuestas automáticas, son formas de pensar, de sentir y de hacer
lo mismo que hacías antes, es tu espacio de seguridad (por ser conocido, pero
no lo mejor de ti). Piensa que haciendo lo que hacías antes, no lograste tus
propósitos; así que anímate a incursionar
en nuevas formas de actuar, en ideas diferentes y experimentarás otras
emociones.
Si continuas haciendo lo que hacías antes, obtendrás los
mismos resultados; es momento de cambiar, aférrate a la esperanza de saber que
se puede lograr, que el 2016 sea tu año de realización, el año de la esperanza
real,
Logra nuevos hábitos, realiza conductas diferentes, piensa
en nuevas formas de ver las cosas y controla tus emociones y serás capaz de
lograr lo que te propongas.
Julia Becerril,
Enero 13 de 2016.
Como citar este
artículo:
Becerril Julia. (2016, enero 13)
“2016, Que Sea el Año de la Esperanza“ [Mensaje en página web]. Recuperado de http://psicreamotiva.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario