jueves, 18 de junio de 2015

Sentirse escuchado

                                                  La esencia de la comunicación

¿Recuerdas un momento en el que sentiste que no te escucharon? Como si no hubieras dicho nada, o peor, como si tus sentimientos no fueran ciertos o importantes.

Un sentimiento fuerte debe ser atendido para sanar.

En la experiencia de terapia, es frecuente encontrar sentimientos arraigados de tiempo, que se van sumando a otros más recientes;  situaciones en las que las personas se sintieron desplazadas, no reconocidas, por alguien importante en su vida, su pareja, hijos, su madre, confidentes. Cuando se deja pasar sin ser resuelto, llegan a presentar episodios de depresión, desvalorización de sí mismos, apatía, ansiedad, estrés, sentimientos de rencor o de ira.


En el análisis desde la psicología clínica,  he encontrado  momentos de un fuerte sentimiento, por no haber sido escuchados, por falta de atención, aún y cuando las personas pueden sentir aprecio, amor por otras; en la cotidianeidad de la vida, hay momentos en los que este cariño no llega a ser percibido cabalmente; generando distanciamiento, sensación de ser poco importante y llegan a sentir  que “no me quiere”.

A pesar de saber que ese ser importante en tu vida te ama, queda una herida profunda por no lograr ser escuchado, por percibir que no eres tomado en cuenta o tu mensaje, tus sentimientos y tus ideas, no llegan a ser comprendidos.

  • -          En el kínder todo era grande, los árboles grandes, el patio grande,  la maestra grande; recuerdo que me hostigaba para que cantara como los demás, yo le decía que era único, que era diferente; pero no me escuchaba y eso me dolía mucho, me aislaba y me deprimía; mis compañeritos me pegaban.

  • -          Cuando el médico dijo que no había nada que hacer, todos mis hermanos dijeron que yo tomara la decisión, me presionaron, yo no quería; pero no me escucharon; hoy me siento culpable y a mis hermanos no les importa.

  • -          Lloro en las mañanas cuando hago mis oraciones, Dios no me hace caso, está muy ocupado con otros.

 A veces, hombres y mujeres se quedan con este sentimiento y lo guardan, quizá lo comentan con personas a las que les tienen confianza y piensan que es cuestión de ser positivos, de olvidar y perdonar; pero no se dan cuenta que una herida que cae en lo profundo debe ser reconocida, debe ser atendida para que pueda sanar y, luego poder utilizar esta energía para salir adelante y reconstruirla; primero, como una fuerza positiva en nosotros; después, también en la relación con esa persona importante.

En otras ocasiones, tienen el valor de hablarlo con la persona que tienen el problema y escuchan respuestas como “no fue así” “esa no fue mi intención”, “no es cierto”, “qué mal estás, necesitas pedir ayuda”, “deja de fijarte en esas cosas”, “ya supéralo”, “es tu culpa”, “tú me haces ser así”, “olvídalo”, “no tiene importancia”.

-          Anoche estaba con mi esposo en el coche, regresábamos del trabajo y aproveché para decirle que me sentí mal cuando se burló de mí durante la cena con sus amigos. Me dijo: “Qué mensa, solo nos estábamos divirtiendo”; siguió comiendo su dona y cambó de tema. Creo que ya no soy importante para él.

-          Mi hermana me escondía porque llegaba él y abusaba de mi hermana, ella me escondía para que no me pasara nada; teníamos mucho miedo. Un día, ya había muerto mi mamá, nos llenamos de valor y le dijimos a mi papá y no nos creyó, nos dijo que todo  lo inventábamos.

Es importante que te sientas reconocido como ser humano con sentimientos  específicos y con ideas propias, detrás del lenguaje debe existir el reconocimiento de un ser humano con todo su potencial, 

“… hoy se vive en un mundo abrumado por el bullicio, por la protesta y los discursos de todo tipo. En esta situación, las personas parecen ir quedando ocultas detrás del lenguaje de la bulla, de los discursos y de las acciones sin sentido.”(Saavedra, 2012. P. 4).

En esta situación, resulta insuficiente “echarle ganas”, seguir adelante como si no nos sintiéramos heridos; es necesario reconstruir el sentimiento, reconocerlo, aceptarlo, saber que es cierto y llegar a reestructurarlo para darle una nueva interpretación, una percepción sana y enriquecedora para nuestra vida.

Cuando una persona expresa sentimientos, ideas, situaciones, solo adquieren sentido si son escuchadas, reconocidas; como menciona Echeverría en su antología del lenguaje: 

“... escuchar es el factor fundamental del lenguaje, puesto que es el escuchar -y no el hablar-
lo que le confiere sentido a lo que decimos.”(Echeverría, 1994. P. 136)


Ser escuchado y comprendido es parte fundamental de la vida de un ser humano; es posible adquirir habilidades pertinentes que pueden irse desarrollando por medio de estrategias de comunicación asertiva.

Dentro de ti hay un gran potencial para sanar, salir de la situación en la que te encuentras para llegar al equilibrio y control emocional. Puedes controlar tus emociones de tristeza, dolor, resentimiento; para poder ser feliz, caminar ligero por tu sendero y dispuesto a disfrutar las experiencias de  proximidad y empatía en la vida.

Crear un espacio de colaboración, mutua comprensión y reconocimiento; en un ambiente de confianza, discreción y seguridad emocional; en el cual aprender a escuchar y sentirse escuchado.

                    Podrás experimentar alivio al compartir tus momentos de sentimiento fuerte
                    Desarrollarás habilidades para escuchar y ser escuchado
                    Sentirás la importancia de pertenecer a un grupo.

Es importante que te acerques a un profesional, puedes elegir participar en un taller de psicología creativa,  inscribirte a un círculo de terapia en grupo pequeño; o si prefieres, realiza una terapia individual, breve y efectiva.

¡Tus emociones trabajarán para ti; tú lo vales!

Julia Becerril.

junio de 2015.
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Cómo citar este artículo:
Becerril J. (2015, junio 19)  “Sentirse escuchado: la esencia de la comunicación“ [Mensaje en Blog: psicreamotiva]. Recuperado de http://www.psicreamotiva.com

Fuentes consultadas:
Saavedra, T (2006) La comprensión del acto de escucha en la educación escolar a partir de la Filosofía reflexiva de Paul Ricoeur », Polis DOI: 10.4000/polis.4937

Echeverría, R. (1994), Ontología del Lenguaje, Dolmen, Santiago de Chile.

foto: Terapia de sonidos (S/F) retomada de: http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/15646091/Terapia-de-Sonidos---Sonidos-de-la-Naturaleza.html

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